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Una, santa católica, apostólica y ¿ocultadora?


El otro día me enviaron esta noticia sobre el sacerdocio ministerial femenino: Una investigación afirma que los primeros sacerdotes cristianos fueron mujeres y que la Iglesia lo ha ocultado.  Y después, esta: El Vaticano lleva siglos ocultando que los primeros sacerdotes eran mujeres. No he tenido tiempo de leer mucho más, aunque la tal Ally Kateusz tiene página web. Después de ver la noticia, de pronto, es como si me hubiera sentido yo mismo cismático e infiel a la tradición cristiana. Y no deja de ser curioso después de estar oyendo tanto tiempo que los cismáticos y herejes son los otros. En cualquier caso, y en relación con el sacerdocio de la mujer, yo lamento profundamente la posición actual de la Iglesia. Más aún, me paree un espectáculo contextualmente impresentable una estética litúrgica y de gobierno eclesial exclusivamente de hombres. En cualquier caso, habría de ser verdad eso de que Cristo no eligió a mujeres para tal misión sacerdotal,  y yo seguiría afirmando que la iglesia de hoy, por sentido común, por sentido de la historia, y sobre todo, por una razón de pura dignidad personal, la Iglesia -digo-, debería ofrecer la posibilidad del sacerdocio ministerial femenino. Como decía Emilio Lledó: "vivir es interpretar". Y como añade mi humilde persona: "sólo el que es capaz de interpretar la historia vive con dignidad el presente".

© Fco. Jesús Genestal Roche


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Tiempos Carmesíes

Vivimos en tiempos color carmesí.   El color carmesí manifiesta una complicidad con tintes entre lo atractivo y lo adictivo. Es resultón, pero, como todo lo resultón, le define más su apariencia que su hondura. No es rojo ni tampoco morado, y hay quien dice que le matiza un leve matiz naranja mínimamente corregido por un verdoso azulado. Y es que el color carmesí es potencialmente camaleónico. Recuerdo la novela  El Manuscrito carmesí  de Antonio Gala, de enorme belleza literaria.Carmesí era Boabdil, su protagonista, el último sultán de Granada, de camaleónica actitud; en él habitaba la  firme tradición y la frágil decisión; era luminoso y oscuro; rey culto, pero gobernador desastroso; de lírica actitud, pero con sonadas derrotas.  Un verdadero campo de contradicción que de sí mismo decía:  "todos fuimos alguna vez más dignos. Pero toda música cesa. Hasta en nuestro recuerdo toda música cesa" . Y no puedo dejar de comparar aquella leyenda ...

Dis-pensare

Mi abuelo, a la de spensa , le llamaba di spensa . Y ¡claro!, nos reíamos. Pero no iba tan desencaminado ahora que pienso . La Iglesia de Albacete hoy ha dispensado de la obligación de asistir a misa dado que el precepto católico de hoy, al trabajar (los que no estén de vacaciones), tendrán dificultad para implementarlo. Dispensar es algo así como   des-pecadizar a quienes hoy no asistan a un oficio religioso. Ciertamente es gratamente memorable la actitud episcopal. En cualquier caso yo utilizaría otra palabra en vez de " dispensar ". Suena tan mal! Etimológicamente se asocia tal palabra al significado de "algo que pesa". Dispensar seria "quitar el peso". ¿Quién dijo que la asistencia a la Eucaristía es un "peso" y una "carga" de la cual alguien me libera?. Ay dios! Este lenguaje cruel que tenemos! © Fco. Jesús Genestal Roche

Temis contra Némesis

En la mitología griega Temis es la diosa de la justicia divina, digamos que mas o menos imparcial. Némesis sin embargo es la diosa de la venganza, portadora de una justicia que hace beber al ofensor de la propia medicina. Muchas veces le he dicho a mi amigo Raul, que ansía un determinado puesto en una institución religiosa, que sólo estará preparado para ocuparlo cuando, en el supuesto de llegar a él, tenga capacidad para actuar con justicia y no con venganza con lo que allí encuentre y con los que allí se encuentre. Tengo últimamente la triste convicción de que en algunas instituciones religiosas, Némesis campa a sus anchas, y Temis, la pobre, se ha quedado con su balanza y sus ojos cegados, deambulando en sus pensamientos. © Fco. Jesús Genestal Roche.