Si hay algún número significativo en la religión es el "40". Claro que sí, "40" años comieron el maná los israelitas hasta llegar a la tierra prometida; "40" años duró la dominación filistea sobre los israelitas; "40" años reinó David sobre Israel; "40" años también fue el reinado de Salomón.
Seis años más, "46", tardó en reconstruirse el Templo de Jerusalén, aquel que Jesús pretendía derribar y reconstruir en solo "3" días.
Pues bien, uno más, "47" años, es el tiempo que ha tardado la Iglesia en "pedirse a sí misma" que acabe con un absurdo histórico y eclesiológico. Si la Sede Apostólica así lo confirma y decreta en fechas próximas, no solo los varones, sino que también las mujeres a partir de ahora, podrán circular "con papeles" por los presbiterios de los templos católicos.
El número 102 del Documento Final del Sínodo sobre la Amazonía pide al papa "revisar el Motu Propio de San Pablo VI, Ministeria quedam, para que también mujeres adecuadamente formadas y preparadas puedan recibir los ministerios del Lectorado y el Acolitado, entre otros a ser desarrollados". Igualmente se pide que "donde la mayoría de las comunidades católicas son lideradas por mujeres (¿sólo? -me pregunto), pedimos sea creado el ministerio instituido de “la mujer dirigente de la comunidad” y reconocer esto, dentro del servicio de las cambiantes exigencias de la evangelización y de la atención a las comunidades".
Como diría aquel, "impresionante" ejercicio de "modernización" el que hace la Iglesia Católica, porque hay que recordar que en el año 1972, aún reconociendo que Lector y Acólito (acompañante del sacerdote en el Altar), era propio de seglares, tal servicio quedaba reservado a los varones "según la venerable tradición de la Iglesia" (no me lo invento, aquí podéis consultarlo).
En fin, me imagino a Sara, mujer de sonrisas, impresionada por estos adelantos. Me cabe la duda del cariz de su sonrisa. Mucho me temo que sería más burlona que agradecida; así como diciendo "¡a buenas horas nos llegan los papeles!".