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Las Palabras que pronunciamos


Dice el refrán que “por la boca muere y mata el pez”. Y es cierto. Como también lo es la importancia que tienen las palabras que a diario pronunciamos. A excepción de la gente importante, cuyo silencio dice ser ilustrado, yo creo que a las personas nos definen más nuestras palabras que nuestros silencios.

 

Hace poco leía, que alguien había realizado un estudio sobre el número de palabras que pronunciamos al día. Más allá de la veracidad de las estadísticas, parece ser que una persona pronuncia entre veinte y veinticinco mil palabras al día. 

 

Más que el número es interesante saber cómo escribiríamos esas palabras. Hay personas que siempre hablan en mayúscula. Es tan determinante lo que dicen, que las minúsculas le saben a poco. 

Yo creo que esas personas quizás hablan mucho, pero han vivido poco.

 

Pérez Reverte, en su novela Falcó, le hace decir al protagonista una frase genial: “a poco que vivas, la vida les quita la letra mayúscula a palabras que antes escribías con ella”.

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Tiempos Carmesíes

Vivimos en tiempos color carmesí.   El color carmesí manifiesta una complicidad con tintes entre lo atractivo y lo adictivo. Es resultón, pero, como todo lo resultón, le define más su apariencia que su hondura. No es rojo ni tampoco morado, y hay quien dice que le matiza un leve matiz naranja mínimamente corregido por un verdoso azulado. Y es que el color carmesí es potencialmente camaleónico. Recuerdo la novela  El Manuscrito carmesí  de Antonio Gala, de enorme belleza literaria.Carmesí era Boabdil, su protagonista, el último sultán de Granada, de camaleónica actitud; en él habitaba la  firme tradición y la frágil decisión; era luminoso y oscuro; rey culto, pero gobernador desastroso; de lírica actitud, pero con sonadas derrotas.  Un verdadero campo de contradicción que de sí mismo decía:  "todos fuimos alguna vez más dignos. Pero toda música cesa. Hasta en nuestro recuerdo toda música cesa" . Y no puedo dejar de comparar aquella leyenda ...

Dis-pensare

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Temis contra Némesis

En la mitología griega Temis es la diosa de la justicia divina, digamos que mas o menos imparcial. Némesis sin embargo es la diosa de la venganza, portadora de una justicia que hace beber al ofensor de la propia medicina. Muchas veces le he dicho a mi amigo Raul, que ansía un determinado puesto en una institución religiosa, que sólo estará preparado para ocuparlo cuando, en el supuesto de llegar a él, tenga capacidad para actuar con justicia y no con venganza con lo que allí encuentre y con los que allí se encuentre. Tengo últimamente la triste convicción de que en algunas instituciones religiosas, Némesis campa a sus anchas, y Temis, la pobre, se ha quedado con su balanza y sus ojos cegados, deambulando en sus pensamientos. © Fco. Jesús Genestal Roche.